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    Me lo dijo un cubano. Me lo dijo un amigo

    Había una vez un cubano. Uno de verdad. No sé cómo llego acá. Tampoco sé cómo yo llegue hasta acá. Todavía dudo si existe realmente o solo aparece cuando abro la puerta de este lugar cada semana. No importa.


    “ Vive la vida loca, preciosa. Después de acá, un buen bife de chorizo con ensalada. Y mañana, una birra!”

    La realidad es que el cubano a todas nos llama “Preciosa”.... No importa la edad, si ya se nos cayó el pelo, si llegamos solas o acompañadas, con miedo o animadas… Èl nos llama así e increíblemente, a pesar de las ojeras y la palidez, a pesar de las pelucas y los pañuelos, a pesar de todo…. Nos lo creemos. Porque el cubano se rie mucho y hace cuentos sacados de cuentos. Como el mío. Y logra encontrar la vena sin hacer doler. “ Vive la vida loca, preciosa. Después de acá, un buen bife de chorizo con ensalada. Y mañana, una birra!” “ Piensa en algo bonito, preciosa. Yo curo con veneno pero tú de ésta vas a salir” Y como los personajes de los cuentos… se esfuma al final. Al final del camino, luego de bajar la escalera y acompañarme hasta la puerta de salida…. Había una vez un cubano que hacía magia en un piso de quimioterapia. El si ganaba la batalla todos los días. Hay que tener coraje para la alegría. Por eso él ganaba.


    *En honor a Carlos, enfermero cubano que me aplicó la quimio durante ocho meses en la Clínica María Auxiliadora de Olavarría.

    **Ojala existan muchos cubanos como el mio.

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